El Gómez Ulla se une a la red sanitaria madrileña
El convenio firmado con Defensa posibilita que el Hospital Militar Gómez Ulla se convierta en centro de referencia para los distritos de Latina y Carabanchel, dos barrios de la capital madrileña con una alta densidad de población y sin un centro hospitalario público cercano. El hospital, debido a la libre elección sanitaria existente en la Comunidad de Madrid, permitirá la atención a todos los madrileños independientemente de su distrito.
La Comunidad de Madrid es la encargada de asumir el coste de la atención sanitaria que reciban los ciudadanos pero el hospital sigue perteneciendo al Ministerio de Defensa y cuenta con su propio personal. El Sindicato de Enfermería ha reivindicado que los profesionales de enfermería del Gómez Ulla equiparen sus condiciones laborales y retributivas a las vigentes para el personal estatutario de la Comunidad de Madrid, ya que considera que realizarán las mismas funciones al atender a la población madrileña incluida en el SERMAS.
En realidad no se trata de un convenio nuevo. El uso civil del hospital da continuidad al acuerdo firmado anteriormente, en 2004 y 2007. Hasta el momento, el concierto que mantenía el Gómez Ulla con la Comunidad de Madrid permitía desarrollar su actividad a través de cuatro vías asistenciales: listas de espera, camas para ingresos médicos en períodos de incremento de demanda, urgencias y consultas de apoyo para sus trabajadores y pacientes del 12 de Octubre. A partir de ahora la asistencia sanitaria será total: hospitalización, urgencias, pruebas diagnósticas y consultas.
El centro dispone de 500 camas y 16 quirófanos que se suman a la red madrileña. Además, cuenta con los medios diagnósticos y terapéuticos más avanzados, como escáner helicoidal, aceleraciones lineales y telemedicina, entre otros.
Pero a pesar del nuevo uso civil del Gómez Ulla, el Sindicato de Enfermería de la Comunidad de Madrid ha criticado la paralización de la construcción de un nuevo hospital en los terrenos de la antigua cárcel de Carabanchel, que según fuentes de la Comunidad de Madrid, no se encuentra en una “vía muerta”, sino parado.